Existían muchas ideas sexistas en el pasado. En los matrimonios, los hombres tienen que trabajar y ganar dinero, mientras las mujeres tienen que cuidar a los niños y la casa todos los días. Una de estas mujeres se llama Lupita. Ella vive con su esposo Juan y sus niños Juanito y Lupita II. En el cuento “El Eterno Femenino,” hay circunstancias en su vida que son pruebas de su paciencia y lealtad.
Cuando conocemos a Lupita, ella no está presentable. Ella es gorda como un mueble, con unos tubos en la cabeza, una cara con crema, y una bata sucia. Es probable que ella esté preocupada por otras cosas y no pueda arreglar su apariencia. Después, hay un incidente con ella y sus niños. Cuando ella descubre que Juanito le pellizcó a Lupita II, ella le dice: “Rasgúñalo tú para que queden parejos.” Vemos que ella no tiene el tiempo ni la paciencia para resolver situaciones de sus niños. Pero el gran problema en su vida concierne su marido. Recibe una carta y bikini de su esposo, pero él no pensaba darle estos regalos a ella. Ella llama a la secretaria de Juan, y está furiosa porque, según ella, “Yo soy la señora de Pérez. La legitima.” Pienso que ella sabe que su esposo tiene un amante y ella no puede cambiar la situación, pero ella está más enojada con la secretaria porque ella se confundió entre las mujeres. Sin duda, ella quiere y necesita mantener su reputación y la reputación de su familia. No quiere recibir regalos para otras mujeres, pero acepta que su esposo las tiene.
Ella está resignada con su situación, pero cosas en su vida causan mucho estrés y toman mucho de su tiempo libre. Entre la casa, sus niños, y su esposo, ella no tiene tiempo para ella. Ese hecho causa la mayor parte de su sufrimiento.
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